Los motivos más comunes para que una mujer quiera el aumento de pechos son la falta de desarrollo en la adolescencia o una pérdida de volumen después de embarazos, lactancia o pérdida de peso.
La técnica clásica utilizada desde hace 60 años consiste en introducir una prótesis de mama de gel de silicona o suero salino detrás de la glándula mamaria o del músculo pectoral.
Los implantes de mamas, como toda cirugía, pueden tener sus complicaciones y efectos secundarios, pero es una técnica segura y ampliamente probada.
Muchas pacientes experimentan miedo ante este proceso y piensan que utilizar su propia grasa les puede aportar más ventajas que utilizar las prótesis de mamas El injerto de grasa, sin embargo, puede tener problemas médicos y estéticos que es necesario conocer.
Aumento de pecho con grasa propia: pros y contras
El aumento de pecho con grasa del propio paciente, también conocido como lipofilling, lipoimplante o injerto de grasa autóloga, consiste en obtener células grasas del propio paciente mediante liposucción y volver a inyectarlas en las mamas. Las zonas de donde se suele obtener la grasa son del abdomen, cara interna de los músculos o zonas trocantéreas (pistoleras)
El aumento de pecho con grasa del propio paciente, también conocido como lipofilling, lipoimplante o injerto de grasa autóloga, consiste en obtener células grasas del propio paciente mediante liposucción y volver a inyectarlas en las mamas. Las zonas de donde se suele obtener la grasa son del abdomen, cara interna de los músculos o zonas trocantéreas (pistoleras)
- Es una técnica más compleja que la introducción de unos implantes mamarios.
- Los volúmenes que se consiguen nunca son equiparables al de una prótesis, sobre todo el relleno del polo superior.
- No toda la grasa infiltrada sobrevive y un porcentaje se reabsorbe y nunca se pueden infiltrar grandes volúmenes la primera vez. Por tanto, es una técnica que requiere pasar por el quirófano más de una vez para obtener un resultado aceptable.
- Su inyección intramuscular para aumentar la supervivencia del adipocito debe evitarse por el riesgo de puncionar un vaso sanguíneo y desencadenar una embolia grasa con posibles fatales consecuencias.
- La grasa transferida al tejido mamario puede formar zonas de fibrosis y quistes oleosos que dificultan la interpretación de ecografías y mamografías. Además, estos quistes pueden ser palpables, dolorosos y crear irregularidades y necesitar ser puncionados.
- La grasa también puede calcificarse creando imágenes similares a un cáncer de mama y provocar alarmas y tratamientos innecesarios como biopsias. En EE.UU. ya se ha advertido a los cirujanos plásticos que su utilización puede hacer que cánceres de mama no sean detectados a tiempo.
- El tejido graso implantado puede comportarse como el resto de la grasa del cuerpo y si en un futuro aumentamos de peso, también aumentará la zona tratada, pudiendo crear deformaciones. Esto es frecuente observarlo en la cara.
- La principal indicación del trasplante de grasa es la Cirugía Reparadora de la mama, donde muchas veces no se puede utilizar un implante o se necesita dar suficiente cobertura y grosor a los tejidos para utilizar prótesis. También puede reforzar determinadas zonas o irregularidades (rippling).
- En resumen, el aumento de pecho con grasa propia es una técnica que debe reservarse para casos de cirugía reconstructiva ya que presenta múltiples inconvenientes, todavía no hay suficientes evidencias clínicas de sus consecuencias a largo plazo y, además, no presenta mejores resultados que los implantes de mamas actuales, realizados de una forma responsable.